En el km 808 de la ruta nacional Nº3, a 2 km de la ruta, Pedro Luro, Buenos Aires.
La comunidad deseaba agradecer a Jesús y a La Santísima Virgen María por las infinitas gracias recibidas y decidieron materializar esa gratitud construyendo un Santuario a la vera del Río Colorado, dedicado a María Auxiliadora, patrona del agro argentino.
El encargado del proyecto fue el padre Luis Pedemonte que, como se carecía de recursos económicos, entusiasmó a los vecinos y a los peregrinos de Bahía Blanca para poder concretarlo. Así, se realizaron peregrinaciones para poder prestar ayuda bajo el lema “¡la Virgen lo quiere!”. Todos tomaban el proyecto como propio. Se realizaron rifas, donaciones de los devotos, etc. y gracias a estos aportes se pudo comenzar con la obra, sueño de toda la comunidad.
El Padre Pedemonte comenzó la construcción del Santuario con un caudal de 75 céntimos. Fueron 60.000 los devotos que contribuyeron a su construcción con $3 cada uno, en promedio.
El 4 de noviembre de 1917 el Padre Pedemonte, durante la segunda peregrinación, bendijo la piedra fundamental y el día 26 de agosto de 1920 comenzó a construirse el Santuario. El autor del proyecto y planos fue el arquitecto Pbro. Ernesto Vespignani.
El hermano Antonio Patriarca tuvo a su cargo la construcción del Santuario, la cual finalizó en 1925, excepto la torre, que se concluyó en 1927.
El cuadro de María Auxiliadora, bendecido por Don Bosco, llegó a Fortín Mercedes por una “feliz equivocación”: aquí se necesitaba un altar y se dispuso llevar uno desde Carmen de Patagones, donde estaba el cuadro desde que había llegado a la Argentina. Cuando el carrero carga el altar para llevarlo a su nuevo destino, también cargó todo lo que estaba con él, también el cuadro. Recién días más tarde, advirtieron su ausencia.
Así, el Santuario es una obra de arte única en la Patagonia, fruto de la gratitud de la comunidad y centro de bendición para todos los que lo visitan.
Artemidés Zatti era un gran devoto de María Auxiliadora, es por eso que durante las peregrinaciones realizadas para las fiestas patronales, el beato visitaba el santuario junto con los enfermos que se habían recuperado del hospital San José.
Hasta 1930, el Santuario estuvo pintado de blanco. Comienza su decoración cuando el Padre Adolfo Tornquist contrae una enfermedad incurable: la malaria. El P. Gaudencio Manachino, entonces inspector de la Patagonia, prometió en el mismo templo y ante la imagen de María Auxiliadora, decorar el Santuario si se producía la sanación del P. Adolfo. Y así sucedió.
El santuario albergo los restos de Ceferino Namuncurá hasta el 2009, año en el cual fueron trasladados al Cultrum (santuario de Ceferino en San Ignacio). Actualmente en el santuario se encuentra un altar con una reliquia del beato. A pesar que los restos ya no se encuentren ahí Pedro Luro es una localidad importante en la ruta ceferiniana, ya que esta fue la localidad donde permanecieron por mas de 100 años.
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