Intersección ruta nacional N°35 y N°152, Gral Acha, La Pampa.
En homenaje a la memoria del padre Ángel Buodo, en conmemoración de sus cincuenta años de su obra salesiana, la Cámara de Diputados de La Pampa, aprueba la erección de su monumento en las Sierras de Lihuel Calel, en el año 1961.
La Democracia Cristiana, gestora de esta ley por pedido de las ciudad de General Acha, Colonia Santa Maria, General San Martín y Doblas, proponen que el monumento se erija en el Valle Argentino, sobre la intersección de las rutas nacionales N°35 y N°152, por ser el lugar donde realizaba sus giras apostólicas el misionero.
El 2 de octubre de 1965, numerosas caravanas de vehículos, se dirigieron a la intersección de las rutas nacionales para asistir a la inauguración del monumento con una estatua del insigne Sacerdote.
Contaba un librepensador y anticlerical que un día de un calor espantoso y soplaba un tremendo viento Norte el cura subió a segunda clase. Al entrar en el vagón saludó sonriente y le pregunté si había almorzado: “Sí señor, me dijo, a las 6 de la mañana me tomé unos mates”. Le di unos pesos pero unos bancos más allá estaba un anciano enfermo que le pidió que lo ayudara. El sacerdote no dudó un instante: sacó el dinero del almuerzo y se lo dio. Este buen señor anticlerical no pudo hacer otra cosa que llamar al mozo para que le traiga un almuerzo al Padre Ángel.
También en el tren, cuando se prohibió a la Iglesia realizar matrimonios antes que en el registro civil, se encontró con una parejita muy “pintiparados” y cuando le pregunto a dónde iban, le dijeron que iban al pueblo, a casarse. Sin mediar más palabras, les ofreció casarse ante Dios, ahi nomas, en el tren y cuando le dijeron que estaba prohibido, respondió: “Y bueno, a lo hecho, pecho”.
Dicen que cuando la cosa se ponía fulera en la pulpería lo llamaban a él y su presencia calmaba los ánimos de cualquiera. Esas y otras andanzas cotidianas lo acercaron a la gente que aun lo recuerda con tanto cariño.
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