La primera sepultura de Laura se ubica en la ladera del Cerro de la Cruz. Mientras la llevaban a su última morada, la gente decía "Laura virgen y mártir, ruega por nosotros".
Desde 1937 hasta 1958, sus restos descansaron en el cementerio ubicado sobre Avenida Necochea de Junín de los Andes. Luego fueron trasladados a la capilla del colegio de las Hijas de María Auxiliadora de Bahía Blanca, donde se encuentran actualmente.
Luego de su fallecimiento ha sido enorme la fe católica que ha despertado la vida ejemplar y el buen accionar de Laura Vicuña.
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